El domingo a las 11:00 nos encontramos en el pantalán Lucio, Pedro (recien llegado de Santander), Juan y Pepelu (cronista).
Tiempo desapacible. Al llegar preguntamos en el pantalán al Nexus por el recorrido y nos dicen que la salida es a las 12:30. Tiempo de sobra. Comienza a llover y nos resguardamos en el interior del Emilu. Al poco salimos y comenzamos las explicaciones rutinarias para recordar a Pedro y Juan cómo aparejar y los preliminares habituales en el barco, cómo poner las baterías, radio, equipo de viento, cómo poner en funcionamiento el motor, los sables... y en esto que se oye por la radio: "Hemos adelantado la salida media hora". Nos miramos Lucio y yo, yo y Lucio y miramos el reloj: "¡las 11:45!".
Arrancamos el motor, largamos amarras y aparejando, a toda máquina, salimos hacia San Ignacio.
En la bocana alcanzamos al Otoio que plácidamente avanzaba como si el tiempo no importara, como si las manecillas del tiempo estuvieran detenidas y no fueran a moverse nunca jamás. Se oye por radio: "Cuatro minutos para la salida".
Y nos miran y veo en sus miradas que piensan que nos persigue el diablo. Así que les grito: "¡Han adelantado la salida media hora!".
Me miran como comprendiendo que sabemos que no tienen prisa y nos dicen: "¡No tenemos motor!"
Les repito que han adelantado la salida media hora y entonces, ¡oh! ¡qué les pasa! ¡lo han entendido! ¡Frenesí a bordo!: sacan toda la vela, la tripulación va de proa a popa, de babor a estribor y con el poquito viento que hay... y se oye: "Un minuto para la salida".
En el Emilu:
-¿dónde está el comité?
- No se le ve
-¿salida con spi?
-¡Sí!
-¡Hay que montar toda la maniobra!.
La radio brama: "SALIDA"
Nosotros estamos llegando a la boya y vemos al comité allí lejos, lejísimo. Tomamos la salida con bastante retraso y al poco izamos el spí. El Otoio llega poco después, a duras penas, y también iza el spí.
Toda la flota avanza lentamente, muy lentamente, por el poco viento. Tras casi hora y media de sufrimiento con unas olas de campeonato llegamos a la primera boya del recorrido, la amarilla de La Galea, y allí después de oir que se retiraban varios barcos, nosotros también pusimos motor y rumbo al club. Nos comimos los bocadillos, acabamos las cervezas y saltó algo de viento así que sacamos velas y Juan hizo prácticas de navegación a la caña. Muy bien, por cierto. Regateamos con el Haize Lore en un match race apasionante y fuimos de excursión por Santurce.
A eso de las tres oímos por radio: "Ha terminado la prueba. Son las 15:00" y poco después:
-"Haiku llegando a meta. ¡Será una broma!"
-"................................................................"
Tan solo As de Guía cruzó la línea en tiempo.
La última regata fue el Patuelas el perjudicado en la salida: se le oyó preguntar por radio:
-"¿dónde estáis todos?"
Tras un silencio se oyó a la radio, como una disculpa:
- "Es que la regata se ha adelantado media hora".