20/08/2015

Trofeo Imanoltxu

Jueves 13

Continuando con la serie de 5 regatas de la Bahía de Laredo, se celebró el Trofeo Imanoltxu. El jueves se disputó la primera regata y como tripulantes nos encontrabamos Lucio, Marije, Aitziber, Mikel y Álvaro. Debido a la escasez de viento, en esta jornada de suave componente oeste, el recorrido fue bastante corto, de barlovento-sotavento, con dos boyas situadas entre el puntal y el dique del puerto de Laredo.
Lucio, Iñaki y Mikel esperando a la salida
Javier, Santos y Chus en Haize Lore
Paddle entre pesqueros
Tuvimos que esperar bastante para que se iniciara la salida. La espera fue muy entretenida ya que desde la radio de la Marmotinha avisaron de que un grupo de delfín mular había entrado en la bahía. Posiblemente fueron atraidos a la bahía tratando de obtener el alimento de las redes de la flota pesquera que ese día fondeaba protegida por el monte Buciero (aviso de alerta amarilla por fuertes vientos previsto para la tarde) y estuvieron jugando entre los barcos participantes.
Aitziber en la proa
Txintxo y un salvaje compañero

La regata, de unas 5 millas, la ganó Vissi, quedando Emilu en cuarta posición por detrás de Kenex V y Marmotinha.

Viernes 14

En el segundo día del trofeo Imanoltxu la tripulación estuvo compuesta Lucio, Mikel, Iñaki y Marije.
Día con sol, nubes y temperatura agradable sin lluvia.
La regata consistió en un barlovento-sotavento de 2 vueltas y media. El viento del fue de componente oeste con rachas superiores a los 30 nudos, por lo que el el comité aplazó 1 hora la salida a la espera de que mejorasen algo las condiciones para realizar la regata. En mar abierto olas de 2.5 - 3 metros, dentro de la bahia en torno al metro y medio.
Aprovechamos la espera para tomar un cafecito y leer la prensa en el club. A las 14h. nos dirigimos a los barcos y tuvimos llamada del comité que decidió montar el campo de regata a pesar de no haber cambios significativos en la intensidad del viento y de participar pocos barcos..

Salimos con un rizo en la mayor y con medio génova, con el fuerte viento nos pareció complicado poner un foque, así que hicimos las ceñidas con el génova parcialmente enrollado y lo abrimos entero en las empopadas que realizamos a orejas de burro sin sacar spi.
 Al final disfrutamos de un buen día de navegación y no rompimos nada así que acabamos satisfechos.
Regatas en Laredo

De vuelta de La Regata El Gaitero como es tradición el Emilu arriba a Laredo para participar en las regatas que organiza el Real Club Naútico de Laredo todos los años.

Miércoles 12 

Trofeo As de Guía

La flota estaba formada por 12 barcos divididos en dos categorías.
El viento del NE al principio suficiente fue cayendo hasta casi desaparecer.
El recorrido costero: salida desde la playa hacia el Ahorcado, después al faro del Caballo para volver al Ahorcado y la llegada de llegada entre el club y el castillo.

La tripulación del Emilu la formamos Lucio, Iñaki y Pepelu.

La salida bien, amurados a estribor. En cuanto podemos viramos y de ceñida ponemos rumbo directo a la primera baliza. Quedan atrás Txintxo y Haize Lore y mantenemos una bonita pelea con el Katxiporreta que inicialmente nos pasa pero va cayendo a sotavento y finalmente tiene que virar pasándonos por popa. Rumbo al faro del Caballo, de nuevo ciñendo, nos pasa el Katxiporreta

Faro del Caballo
Txintxo 
Haize Lore y Txintxo a veces se alejan y otras se acercan pero en la baliza mantenemos la ventaja. Regresando al Ahorcado ponemos spinnaker, el viento va cayendo y de través muy justito llegamos a boya donde trasluchamos. Mantenemos la ventaja con Haize Lore y Txintxo. El tramo final hasta la llegada fue un suplicio, casi sin viento, vemos como Haize Lore, con un espectacular asimétrico, nos recorta toda la ventaja y nos pasa como un obús. Arriamos el spi y ya con el génova nos vamos acercando hasta que casi en la línea de llegada el viento hace lo que quiere y tenemos que virar varias veces hasta que el comité nos dió la llegada.

Novenos.

Ya en boya disfrutamos del paisaje mientras comíamos y regresamos a Bilbao.


Retorno hasta Laredo

Lucio, Pedro, Aitziber (que ha sido preparadora física de los remeros de las traineras de Santurtzi, Isuntza y Zierbana) y Álvaro realizamos los dos días de singladura entre Gijón y Laredo. La previsión era de fuerte ENE en contra pero la realidad fue más benigna, no hubo casi viento y fue pequeña la ola en proa, por lo que no hubo que luchar contra los elementos, pero tampoco los tuvimos a favor. De las aproximadamente 24 horas de navegación sólo hicimos una horita a vela. A pesar de ello la vista costera de calas, arenales y montañas bien merece la pena. También lo pasamos genial bañándonos remolcados por el Emilu a esa velocidad de 5 nudos que atrae a peces y gaviotas curiosas por ver qué si es comestible lo que el barco arrastra...
El rincón favorito de Lucio
Al fondo los Picos
Aitziber disfrutando las vistas de la costa de Llanes
Hicimos noche en San Vicente de la Barquera
Emoción... ¡ Laredo a la vista !

Crónica de El Gaitero

Miércoles 5 de agosto

El Emilu ha participado por 18º año consecutivo en la vigésima edición de la regata El Gaitero. La tripulación inicial la formamos Lucio, Pedro (patrón del Griffon del puerto de Hondarribia), Alberto y Álvaro.
Una bonita mañana con suaves vientos del sur se revolvió y se puso peliaguda tras un repentino role hacia un potente noroeste mantenido. Pepelu, Santos, Edu y Elena se acercaron a despedirnos y zarpamos excesivamente relajados y optimistas pensando que bajaría la fuerza en poco tiempo, pero nos las vimos para conseguir organizar el Emilu a penas guarecidos tras uno de los diques del puerto interior: Encontrar y colocar los carteles de la regata, preparar la maniobra de spi, izar génova y poner escotas, montar un rizo con todo el aparejo indomable… nos llevaron tanto tiempo que a punto estuvimos de no llegar a la línea de salida. A nuestro lado uno de los gemelos del Simphony recuperaba una driza en el tope de ese largo palo.

Alberto, Pedro y Lucio

La flota rumbo a Santander
A partir de entonces, tras cruzar la línea junto a la boya, y algo retrasados respecto al resto de 48  embarcaciones que este año participaban, nos pudimos relajar todos menos el patrón, que tenía que mantener firme la caña frente a un noroeste muy fuerte, constante por encima de los 20 nudos, que llegó a marcar 30. Inma 2 tuvo que atracar en Laredo ya que rasgó mayor y génova llegando a sentir  ¡35 nudos atacando por la amura de estribor! 
Lucio duro con la caña
Un encontronazo de proa contra una de las olas de dos metros que montó el recio vendaval nos empapó a todos de arriba abajo, pero la buena temperatura y el viento nos fueron secando.
Llegando a la altura del monte Buciero fueron bajando la intensidad de viento y ola y aparecieron los habituales tropecientos karramarros buceadores que solemos ver por estas fechas. Txikitos, finos y escurridizos, podrían dar sabor a una buena paella.

Al pasar la punta del Brusco el viento fue amainando escandalosamente, como si se hubiera avergonzado de la zurra repentina que nos dio a la salida, y nos quedamos parados a la altura de Isla, por lo que se nos agotó la paciencia y decidimos poner motor para llegar con luz a Santander. En el puerto, un buen contacto de Lucio nos volvió a conseguir amarre en la zona más tranquila del pantalán, por lo que tras un garbeo y unas pikas por el Puertochico volvimos al Emilu y dormimos como lirones.

Jueves 6 y viernes 

El jueves Nestor se incorporó para la regata larga de 92 millas entre Santander y Gijón, y después de la entrega de trofeos y del avituallamiento de abundantes y variados bocatas y bebidas en el Real Club Marítimo de Santander, zarpamos para prepararnos para la salida desde la bahía. 
Iniciando los preparativos para la regata larga
El viento soplaba prácticamente inmejorable, unos 18 nudos del nordeste, pero dos mercantes que entraban a puerto forzaron que la salida se retrasase hora y media. 
El Gaitero
Esperando al paso del mercante
Velas a la salida
Hacia las 14.30 comenzó la regata y tras recorrer de cerca las orillas de la playa de Somo, viramos rumbo al oeste dejando a estribor el faro de la Isla de Mouro. 


Tras sobrepasar el Cabo Mayor toda la flota izó sus asimétricos y spinnakers y disfrutamos de una preciosa navegación dejando atrás a buen ritmo las bellezas del litoral de la Costa Quebrada entre Piélagos y Santa Cruz de Bezana, las playas y bosques del Parque Natural de las Dunas de Liencres, Suances, Comillas, San Vicente de la Barquera… avanti viento en la aleta de estribor.


Por Llanes fue anocheciendo y vino la calma. 

Llegaba un chubasco
Tuvimos la visita de unos pocos pequeños, alegres y juguetones delfines (delfín común oceánico o de aletas cortas) y se hizo la noche. Noche con el spi flácido. Noche sin rumbo fijo. Noche de guardias y repentinos despertares, maniobras en la obscuridad… hasta que al amanecer nos reanimó con un terral que nos hizo avanzar varias horas y de nuevo vino la calma. Velas a lo lejos, la mayoría más abiertas hacia el horizonte y alguna acercándose a Tazones. 

Pasar Lastres y alcanzar Tazones nos llevó su tiempo, pero dejarlo atrás en contra de un oeste rolón nos costó muchos bordos. Demasiados. El viento nos vacilaba.
Lastres
A esas alturas y en esas circunstancias sólo la fabada y la sidriña con las que las guapas chicas de la organización nos esperaban en el puerto de Gijón fueron las que mantuvieron arriba el ánimo.  Un último chubasco nos impulsó para conseguir terminar a vela esta travesía de 28 horas navegando. Bonita y dura regata larga.

Ya en el casco antiguo de Gijón y acompañados por Mabel, Elena, Marije e Iñaki cenamos con pescado y más sidra completando los pocos huecos  que la fabada de El Gaitero pudo dejar en nuestros estómagos. Muy buen ambiente festivo en Gijón, gaitas, más sidra, Marta Sanchez en la playa de poniente, algunos mojitos en el Varsovia, concierto de dúo de música setentera en el Os, y algunos cacharros con hielo para la hidratación y compensar el mareo de tierra.

Sábado 8 de agosto

Tripulación en Gijón
El sábado Mabel sustituyó a Nestor, que tuvo que volver a Bilbao para continuar buceando en sus múltiples proyectos. Mabel llevaba tiempo sin navegar pero estaba con muchas ganas y ánimos. Marije disputó las regatas de Gijón en el Zur acompañando a Toni, Nicolás y Alex. El comité nos acercó hasta el este de la Isla de la Tortuga y toda la flota lo pasó pipa con un recorrido barlovento sotavento de 15 millas, unos 12 nudos del noroeste y muy buen ambiente. Atrás quedaron las durezas de la regata larga.

Acudimos a la fiesta de entrega de trofeos que El Gaitero organiza junto a la fábrica en Villaviciosa y Alberto recogió la manzana que correspondía al Emilu. Tuvimos espicha, comida y más comida, cata de refrescante cerveza de manzana y delicioso dulce de manzana con queso para terminar de vuelta en el Varsovia de Gijón tomando mojitos.

Acompañados por Elena y Theresa
Domingo 9 de agosto

El domingo mantuvimos la tripulación y nos preparamos para la útlima regata. Viento del noroeste algo más suave que el día anterior. Salimos muy bien colocados a barlovento a la par del campeón Aizen pero no nos salió bien la estrategia de que los grandes pasasen por delante y tuvimos que hacer varias viradas por nuestra falta de preferencia, por lo que perdimos tiempo al inicio. Después se rompió el cabo que abre ambos extremos del tangón. En una izada de spi se reviró la escota en el tangón y para colmo tras una trasluchada Alberto recibió un botabarazo en la cabeza. Menos mal que es un tío duro piel de toro made in Spain 100%. Algunas encalmadas forzaron que la organización recortase el recorrido, pero al final volvió a soplar con ganas y llegamos a la línea de meta con Spi a tope frente al Real Club Astur de Regatas, a pocos metros de la playa de San Lorenzo.
Preparados para el banquete
Iñaki, que se está convirtiendo en tripulante habitual en el Emilu nos acompañó todo el fin de semana en Gijón. Aitziber nos acompañaría a Lucio, a Pedro y a mi en la travesía de vuelta hacia Laredo, y también fue invitada a la espectacular cena-buffet. Espectacular. No faltó de nada. Bueno, si, recibir algún trofeo en la entrega de premios… pero esta vez no pudo ser. Nos quedamos muy satisfechos con todas estas aventuras, experiencias, paisajes, amigos y sobre todo, las tripas llenas.
¡La última cena!