Hoy era uno de esos días que dejan huella: por una parte Lucio recibía el alta a la mañana tras el cateterismo que le hicieron la víspera e Iñaki regresaba al barco tras el cateterismo que le hicieron hace semanas. Junto con Iñaki, Marije y yo en seguida alcanzamos las boyas amarillas. Y entonces ocurrió algo. Llegando a la boya del cajón apareció un pajarito, se posó en el guarda mancebos y nos acompañó hasta terminar de pasar la boya. Para mí fue como si Julián hubiera querido decirnos que desde algún lugar seguía con nosotros.
A la tarde regresamos a la boya del cajón, con Mikel, Marian, el resto de su familiares y algunos de sus muchos amigos en la Marmotiña, Kaskabarra, Itsasora y Emilu. Y allí te dejamos, Julián. En esa boya a la que tan difícil nos resultaba llegar o por quedarnos sin viento o por el ventarrón que soplaba. Seguro que hoy también hubieras disfrutado del bañito a la mañana y de la compañía a la tarde.
Gracias a la tripulación de la Marmotiña, del Kaskabarra y a Luisfer (Itsasora) por vuestra solidaridad.
Por último, un recuerdo para todos los Amigos del Emilu, que sin duda hubiérais querido estar también en la boya del cajón pero no habéis podido y en especial Lucio, que convaleciente, seguro le ha dolido especialmente no poder asistir.