07/10/2008

I Trofeo Iberdrola

Los días 4 y 5 de octubre se ha celebrado en aguas del Abra de Bilbao el I Trofeo Iberdrola, con una amplia participación de embarcaciones, vizcaínas, cántabras y guipuzcoanas. Hubo tres divisiones: J80 (25 participantes), Regata (18 participantes) y Crucero (27 participantes). El Emilu participó en clase crucero, quedando el 19, por delante del Parranda y del Ramper. En la general 35 de 45.

Primer día
Tripulación: Lucio, Marije, Pepelu (constipado), Txantxar y Julián.
Recorrido: barlovento-sotavento, 3 vueltas, 2,07 millas entre boyas.
Viento flojo de componente sur, aunque mejor que lo previsto, y mucha ola, aunque a favor en las ceñidas. Nos liamos en la salida, saliendo con 3 minutos y medio de retraso. El resto de la regata bien, aunque se notaron las tres semanas sin navegar. Como no habíamos tenido bastante, volvimos a vela, manteniendo la reputación de que el Emilu es el barco que más millas (o por lo menos horas) navega.
La cena en la carpa, a la que vinieron Elena y Mª del Rosario,  un poco pobre: marmitako y helados chinos con melamina.

Segundo día
Tripulación: Lucio, Marije, Javi, Txantxar y Julián.
Recorrido: barlovento-sotavento, 2 vueltas, 1,7 millas entre boyas, vuelta al abra interior y triángulo.
La principal novedad el desayuno del regatista: café, zumo, cruasanes, pastelitos y pinchos de tortilla. El viento era del sur, con dos regímenes distintos: fuerte en la zona del cañón de Cierbana, y moderado en la parte izquierda del campo de regatas. Al final del día cayó hasta desaparecer, como siempre, cuando los barcos rápidos ya habían terminado. Nada de ola. Esta vez la salida muy bien. Como el viento era más fuerte en el lado derecho del campo de regatas, viramos enseguida. En la siguiente virada pasamos por delante de la proa de Le Meteque, para gran regocijo de Lucio, que nos bailó un zapateado en la bañera. La tripulación estaba muy motivada, y había pasión en las maniobras. Una vez terminadas las dos vueltas, fue cayendo el viento, de manera que a la altura de la boya de San Ignacio, apenas nos movíamos. En el faro de Algorta empezamos a ir hacia atrás empujados por la marea y nos retiramos, instantes después que el Aizian y un poco antes que el Ramper.
Por lo menos la entrega de premios estuvo bien. Nos pusimos ciegos de jamón y pasteles.

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