Miércoles 5 de agosto
El Emilu ha participado por 18º año consecutivo en la vigésima edición de la
regata El Gaitero. La tripulación inicial la formamos Lucio, Pedro (patrón del Griffon del puerto de Hondarribia),
Alberto y Álvaro.
Una bonita mañana con suaves vientos del sur se revolvió y se
puso peliaguda tras un repentino role hacia un potente noroeste mantenido. Pepelu,
Santos, Edu y Elena se acercaron a despedirnos y zarpamos excesivamente relajados
y optimistas pensando que bajaría la fuerza en poco tiempo, pero nos las vimos para
conseguir organizar el Emilu a penas guarecidos tras uno de los diques del
puerto interior: Encontrar y colocar los carteles de la regata, preparar la maniobra
de spi, izar génova y poner escotas, montar un rizo con todo el aparejo
indomable… nos llevaron tanto tiempo que a punto estuvimos de no llegar a la
línea de salida. A nuestro lado uno de los gemelos del Simphony recuperaba una driza en el tope de ese largo palo.
Alberto, Pedro y Lucio
|
A
partir de entonces, tras cruzar la línea junto a la boya, y algo retrasados
respecto al resto de 48 embarcaciones
que este año participaban, nos pudimos relajar todos menos el patrón, que tenía
que mantener firme la caña frente a un noroeste muy fuerte, constante por
encima de los 20 nudos, que llegó a marcar 30. Inma 2 tuvo que atracar en Laredo ya que rasgó mayor y génova
llegando a sentir ¡35 nudos atacando por
la amura de estribor!
Lucio duro con la caña |
Un encontronazo de proa contra una de las olas de dos
metros que montó el recio vendaval nos empapó a todos de arriba abajo, pero la
buena temperatura y el viento nos fueron secando.
Llegando a la altura del monte Buciero fueron bajando la
intensidad de viento y ola y aparecieron los habituales tropecientos karramarros
buceadores que solemos ver por estas fechas. Txikitos, finos y escurridizos,
podrían dar sabor a una buena paella.
Al pasar la punta del Brusco el viento fue amainando
escandalosamente, como si se hubiera avergonzado de la zurra repentina que nos dio
a la salida, y nos quedamos parados a la altura de Isla, por lo que se nos
agotó la paciencia y decidimos poner motor para llegar con luz a Santander. En
el puerto, un buen contacto de Lucio nos volvió a conseguir amarre en la zona
más tranquila del pantalán, por lo que tras un garbeo y unas pikas por el
Puertochico volvimos al Emilu y dormimos como lirones.
Jueves 6 y viernes 7
El jueves Nestor se incorporó para la regata larga de 92 millas entre
Santander y Gijón, y después de la entrega de trofeos y del avituallamiento de
abundantes y variados bocatas y bebidas en el Real Club Marítimo de Santander,
zarpamos para prepararnos para la salida desde la bahía.
Iniciando los preparativos para la regata larga |
El viento soplaba
prácticamente inmejorable, unos 18 nudos del nordeste, pero dos mercantes que
entraban a puerto forzaron que la salida se retrasase hora y media.
El Gaitero |
Esperando al paso del mercante |
Velas a la salida |
Hacia las
14.30 comenzó la regata y tras recorrer de cerca las orillas de la playa de
Somo, viramos rumbo al oeste dejando a estribor el faro de la Isla de Mouro.
Tras sobrepasar el Cabo Mayor toda la flota izó sus asimétricos y spinnakers y
disfrutamos de una preciosa navegación dejando atrás a buen ritmo las bellezas
del litoral de la Costa Quebrada entre Piélagos y Santa Cruz de Bezana, las
playas y bosques del Parque Natural de las Dunas de Liencres, Suances,
Comillas, San Vicente de la Barquera… avanti viento en la aleta de estribor.
Por Llanes fue anocheciendo y vino la calma.
Llegaba un chubasco |
Tuvimos la visita de
unos pocos pequeños, alegres y juguetones delfines (delfín común oceánico o de
aletas cortas) y se hizo la noche. Noche con el spi flácido. Noche sin rumbo
fijo. Noche de guardias y repentinos despertares, maniobras en la obscuridad…
hasta que al amanecer nos reanimó con un terral que nos hizo avanzar varias
horas y de nuevo vino la calma. Velas a lo lejos, la mayoría más abiertas hacia
el horizonte y alguna acercándose a Tazones.
Pasar Lastres y alcanzar Tazones nos llevó su tiempo, pero dejarlo atrás en contra de un oeste rolón nos costó muchos bordos. Demasiados. El viento nos vacilaba.
A esas alturas y en esas circunstancias sólo la fabada y la sidriña
con las que las guapas chicas de la organización nos esperaban en el puerto de
Gijón fueron las que mantuvieron arriba el ánimo. Un último chubasco nos impulsó para conseguir terminar a vela esta travesía de 28 horas navegando. Bonita y dura regata larga.
Pasar Lastres y alcanzar Tazones nos llevó su tiempo, pero dejarlo atrás en contra de un oeste rolón nos costó muchos bordos. Demasiados. El viento nos vacilaba.
Lastres |
Ya en el casco antiguo de Gijón y acompañados por Mabel,
Elena, Marije e Iñaki cenamos con pescado y más sidra completando los pocos
huecos que la fabada de El Gaitero pudo
dejar en nuestros estómagos. Muy buen ambiente festivo en Gijón, gaitas, más
sidra, Marta Sanchez en la playa de poniente, algunos mojitos en el Varsovia, concierto
de dúo de música setentera en el Os, y algunos cacharros con hielo para la
hidratación y compensar el mareo de tierra.
Sábado 8 de agosto
Tripulación en Gijón |
El sábado Mabel sustituyó a Nestor, que tuvo que volver a
Bilbao para continuar buceando en sus múltiples proyectos. Mabel llevaba tiempo
sin navegar pero estaba con muchas ganas y ánimos. Marije disputó las regatas de Gijón en el Zur
acompañando a Toni, Nicolás y Alex. El comité nos acercó hasta el este de la
Isla de la Tortuga y toda la flota lo pasó pipa con un recorrido barlovento
sotavento de 15 millas, unos 12 nudos del noroeste y muy buen ambiente. Atrás quedaron las
durezas de la regata larga.
Acudimos a la fiesta de entrega de trofeos que El Gaitero organiza
junto a la fábrica en Villaviciosa y Alberto recogió la manzana que
correspondía al Emilu. Tuvimos espicha, comida y más comida, cata de
refrescante cerveza de manzana y delicioso dulce de manzana con queso para
terminar de vuelta en el Varsovia de Gijón tomando mojitos.
Acompañados por Elena y Theresa |
Domingo 9 de agosto
El domingo mantuvimos la tripulación y nos preparamos para la
útlima regata. Viento del noroeste algo más suave que el día anterior. Salimos
muy bien colocados a barlovento a la par del campeón Aizen pero no nos salió bien
la estrategia de que los grandes pasasen por delante y tuvimos que hacer varias
viradas por nuestra falta de preferencia, por lo que perdimos tiempo al inicio.
Después se rompió el cabo que abre ambos extremos del tangón. En una izada de
spi se reviró la escota en el tangón y para colmo tras una trasluchada Alberto
recibió un botabarazo en la cabeza. Menos mal que es un tío duro piel de toro
made in Spain 100%. Algunas encalmadas forzaron que la organización recortase
el recorrido, pero al final volvió a soplar con ganas y llegamos a la línea de
meta con Spi a tope frente al Real Club Astur de Regatas, a pocos metros de la
playa de San Lorenzo.
Preparados para el banquete |
Iñaki, que se está convirtiendo en tripulante habitual en el Emilu nos acompañó todo el fin de semana en Gijón. Aitziber nos acompañaría a Lucio, a Pedro y a mi en la travesía
de vuelta hacia Laredo, y también fue invitada a la espectacular cena-buffet.
Espectacular. No faltó de nada. Bueno, si, recibir algún trofeo en la entrega
de premios… pero esta vez no pudo ser. Nos quedamos muy satisfechos con todas
estas aventuras, experiencias, paisajes, amigos y sobre todo, las tripas llenas.
¡La última cena! |
Impecable crónica! Cómo he echado de menos compartir con vosotros alguno de los momentos de El Gaitero de este año. (especialmente el de la cena de Gijón!, jejeje)
ResponderEliminarAunque físicamente no haya estado a bordo, espiritualmente me he mareado !como el que más! ;D