Regata Getxo-Laredo

El sábado 11 de junio, 2200 aniversario de la caída de Troya según Eratóstenes, se celebra la regata Getto-Laredo organizada por ORZA. en el Emilu vamos Aitziber, Marije, Pepelu, Álvaro y Julián. La salida es a las 12:00 en san Ignacio, para ir directos hasta Laredo. El viento es del NO, con previsión de role al norte, y con más intensidad de la prevista.

Aitziber y Álvaro

Marije y Pepelu

La salida

Salimos por el medio de la línea, y después de un par de bordos en el abra, damos uno muy largo hacia el norte. Es la primera desavenencia entre el patrón (Pepelu) y el táctico (Julián). Yo mantengo que hay que virar ya, porque según el GPS nos estamos alejando del objetivo a una velocidad de un nudo; Pepelu insiste en que no importa. Unos barcos van como nosotros hacia el norte, y otros más pegados a tierra, dando más bordos. Por fin viramos y damos un bordo larguísimo casi hasta la ballena. Aprovechamos para que la tripulación se vaya turnando a la caña, comer y echar siestas. Cerca de la ballena damos otra vez varios bordos para pasarla, repitiéndose los argumentos entre patrón y táctico.

Como ya han llegado los primeros barcos, el viento amaina, aunque rola al norte. Intentamos salvar la situación izando psi, pero al cabo de un rato y con el puerto de Laredo a la vista, nos retiramos y acabamos a motor.

Sujetando la botavara.

Una vez amarados llega Iñaki y se va Pepelu.

El autobús llega con retraso y nos lleva al Náutico de Laredo, donde cenamos y se entregan los premios. Los ganadores son Urbegui, Red Devil y Salmonete.

Y después baile, aunque parece que la gente era más de beber que de bailar.

Dormimos en casa de los padre de Álvaro, desde la que se disfruta de una magnífica vista sobre la playa.

Después del desayuno y un baño salimos hacia Getxo. No hay viento y vamos a motor a Castro, donde fondeamos para el vermú (que no falte). Al salir de puerto hay noroeste, así que izamos spi. En el cajón lo arriamos para dejar paso a un mercante, y una vez ha pasado lo volvemos a izar. Aprovechamos que el día es tranquilo para que Aitziber practique la maniobra. Ya dentro del abra el viento desaparece, y terminamos la travesía a motor.