17/12/2017

Regata de El Gallo

En diciembre llega la Navidad, y mejor aún, la Regata El Gallo, que este año se celebró el sábado 16 de diciembre,víspera del cumpleaños de Marije. Teniendo en un cuenta el tiempo de los días anteriores y la borrasca que entraba por Galicia, las perspectivas no eran muy halagüeñas. La salida desde la ría era imposible, y el comité preparó el siguiente recorrido: salida en el abra interior, boya de San Ignacio por babor, una boya al viento a la altura de la Peña del Piloto, vuelta al abra interior, y dos vueltas al tradicional triángulo.
En el Emilu salimos la tripulación habitual (Lucio, Marije, Iñaki, Pepelu y Julián) a quienes se une Itziar, que va a participar en su primera regata. Además de comportarse como una marinera experta, manteniendo el tipo en los momentos difíciles (que los hubo), se encargó de las fotos y ha escrito su visión personal de la regata que podéis leer al final de la entrada. Yo me limitaré a un relato técnico.
Itziar
El resto de la tripulación
La salida se dio puntualmente. Planeamos la salida por el comité, y cuando nos vamos acercando aparece el Maitena a sotavento y nos aparta de la línea. Con la bocina del último minuto llegó de repente un chubasco con granizo y vientos de casi 30 nudos. El desconcierto se apodera de la flota, y nosotros tenemos hacer un 360º porque con la racha no es posible volver a la línea.
Fotos tomadas desde el Sandra
Estiramos el bordo hasta los muelles de Santurce y viramos. Nos cruzamos con el Asti y tenemos que arribar para dejarle pasar. Como resultado no pasamos el faro, y tenemos que dar dos viradas más. Camino de San Ignacio sigue la lluvia y el viento fuerte.

Tras pasar la boya el viento empezó a caer y rolar, y con la ola formada apenas avanzábamos. Por fin llegamos a la boya, con unas nubes negras por el oeste que auguraban más chubascos.
Por miedo a ellos no izamos spi, pero al final lo hicimos y nos acercamos a la flota que iba por delante.
Ya en el abra interior arriamos pi antes de que llegase el chubasco, que llegó y nos acompañó con agua y viento las dos vueltas al triángulo.
Bonita regata, con momentoas delicados, mucha agua, mucha ola, mucho viento y su encalmada en medio.
El día terminó con la tradicional alubiada y el reparto de premios, en el que nos correspondió de manera inesperada un segundo premio del primer Trofeo Social.

La regata vista por Itziar

"Me he levantado con el corazón marinero y he llegado a Areeta con una hora de antelación. La motivación es muy puntual... 😊
Joselu,  amable y sonriente,  me ha llevado hasta el velero. La vida me daba una oportunidad y yo abrazaba ese regalo,  contenta y con un único pensamiento en mi cabeza: no quiero ser un elefante.
En seguida he conocido a Lucio, Marije,  Iñaki y Julián. Para mis adentros,  he agradecido que me dejasen acompañarles. Ya intuía que si yo molestaba, mi presencia podia obstaculizar su disfrute, su trabajo. Y era un riesgo que se habían animado a correr.
La salida de la regata me ha parecido impresionante.  La borrasca,  la lluvia,  el viento arreciando. Los barcos nos amontonábamos,  las velas muy inclinadas y en cada virada, me sentía yendo como una araña enorme a algún lugar del barco, sin pisar manos o cabezas, sin comerme a nadie.
Para mi,  emocionante. Yo escuchaba en silencio sus gritos,  sentía cierta tensión en algunos momentos.  "agua,  agua!!" -cuando otro velero se nos acercaba demasiado. "cae más,  Lucio", "no veo nada Joselu!"..."¿veis la boya?" "¡la tienes a proa,  Lucio!"
Sus voces fuertes,  el tiempo apremiaba en la maniobra. Y donde era babor,  nacía estribor y yo miraba,  vivía y quería obedecer.
El mar a ratos gris,  a ratos de plata. Amigo, a veces,  enfadado otras.
El viento rolando,  levantando,  o callado y quieto en otros momentos. Nudos.
Algún velero clásico que me admiraba a mí, en el reflejo de sus ojos.
No nos hemos alejado del puerto,  estábamos en aguas menos bravas.  Y a pesar de todo, en la salida hacia la costa, el tamaño de las olas me aceleraba el ritmo cardiaco. Pero yo lo sabía: "estoy en buenas manos" -pensaba-. Y no sentía ningún miedo.  Quizá como dicen, la ignorancia es osada.
Impresionante Marije extendiendo el spi... No recuerdo bien el nombre... Esa vela azul enorme que impulsa más fuerte,  pero que debíamos recoger cuando amenazaba chubasco...
E Iñaki,  a quien recuerdo en alguna ocasión con los pies casi fuera del barco, dando una media voltereta casi,  calladamente currela. Julián, que me ha dejado claro que no son cuerdas,  que son cabos...
Y Joselu,  amigo, a quien yo intuía indispensable.
En fin. Lucio siempre al timón, capitán del navío, que aun perdiendo la visera,  no perdía la compostura.
Mi primera regata a vela.  Un sueño que ni soñaba,  hecho realidad casi por casualidad.
Gracias,  tripulación, gente ruda en un mar bastante loco.  Bajo lluvia y viento.
Con algún que otro susto,  por algún ratillo y temiendo el abordaje,  me habéis hecho sentir pirata. Y mi alma de niña,  aplaudía a rabiar.
Y mi alma deportista,  os ha mirado y admirado en esta mañana de diciembre. Sois grandes para mis pequeños ojos.
Gracias,  compañer@s.
¡Imposible marearse en las olas de la emoción!.
Un abrazo salado.

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