En el pantalán estábamos a las 11 (algunos un poco más tarde) Lucio, Marije, Pepelu, Edu, Álvaro (que se estaba reponiendo de una noche dura y vino solo a ayudar a preparar el barco) y Julián.
Antes de la regata nos dirigimos al muelle del Puerto Deportivo, para presenciar el desfile de las embarcaciones de la Cruz Roja del mar, que celebraba su 40 aniversario.
De allí hacia la zona de Galea, donde se daría la salida. Mientras Marije se daba crema para el sol, los demás nos poníamos la ropa de agua, ganándonos el calificativo de nenazas. En el Abra el viento era del norte, pero a medida que salíamos iba rolando al este. El Serantes y la margen izquierda estaban inmersos en nubes amenazantes, pero la Galea estaba algo más despejada. El viento del NE fue levantando poco a poco una ola incómoda.
La primera manga fue un barlovento-sotavento con la boya en dirección 40º, a 1,8 millas. Una salida divertida para ver desde nuestra posición, justo detrás de la flota de los grandes. Muchos gritos, afortunadamente ningún abordaje, y un fuera de línea para el Bacilón.
Con viento de entre 12 y 14 nudos, el barco andaba a pesar de la ola, que especialmente en el bordo de babor, nos frenaba. Los barlovento-sotavento no tienen mucho que contar. Bordos de ceñida, doblar la boya, izar spi, trasluchar y tomar la boya de sotavento para volver a ceñir. Y así lo hicimos, con bastante acierto en todas las maniobras y un tripulante mareado. En la segunda bajada el viento fue cayendo, lo que al final nos perjudicó frente los barcos más grandes, que terminaron el recorrido con más viento.
Nada más cruzar la línea, y con el Egurbi todavía terminando la primera manga, se dió la salida a una segunda. El viento fue cayendo, y con la ola apenas avanzábamos. En el último bordo de acercamiento a la boya de barlovento, el barco iba hacia atrás. Así que nos alegramos cuando el comité anunció la suspensión de todas las pruebas.
Pusimos rumbo a puerto (a motor) y Edu aprovechó para hacer prácticas. Ya en tierra vimos la clasificación: segundos detrás del Ramper. Así que disfrutamos de los pinchos, el vino y la cerveza en la entrega de premios, donde se nos unió Elena.
¡Enhorabuena Emilú! Me libré de una buena con esa ola que salió.
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