16/08/2016

El Gaitero 2016

Miércoles 3: Getxo-Santander
Este año la tripulación para la XXI edición de la Regata El Gaitero está compuesta por Lucio, Pedro, buen amigo y patrón con el que hemos compartido varias travesías, Aitziber, Karen, que aunque viene desde Berlín, tiene cierta experiencia navegando y quiere descubrir la costa cantábrica y Álvaro. 
Pepelu, Elena y Santos vienen a despedirse y a darnos muchos ánimos. ¡Zarpamos!
A las 13.00 da comienzo la etapa Getxo-Santander desde el Abra exterior donde 43 embarcaciones partimos con poco viento del NW. 
Salida de El Gaitero 2016

Compartimos la caña en condiciones tranquilas para navegar, a ratos tan lento que hacia las 18.00 aún nos encontramos a la altura de Laredo y ante la previsión de contínua calma y una bajamar que ralentizaría aún más la llegada a vela, decidimos retirarnos y poner motor. Llegamos ya de noche a la Bahía de Santander entre abundante tráfico marítimo de entrada y salida de mercantes y un gran crucero iluminado como ciudad flotante que adapta su rumbo para no estorbar a los barcos que van consiguiendo avanzar contra corriente gracias a un suave terral. 
Llegando al cabo Quejo, el que vemos desde Sope y nos tapa el de Ajo
Al igual que el año pasado, el amigo de Lucio, Javier Cruzado, nos consigue un cómodo atraque para que descansemos dentro del Puerto Chico.

Jueves 4 y viernes 5: Santander-Gijón

Bahía de Santander

Desayunamos en el Suizo acompañados por Pedro, el hermano de Lucio, y acudimos a ver la entrega de premios de la primera etapa. Nos enteramos de que la Marmotiña llegó hacia las 2.00 de la madrugada, con mucho tesón. Tras el avituallamiento de bocadillos, sidras y zumos que nos ofrece la organización embarcamos para comenzar la etapa larga, entre Santander y Gijón. 

La salida es a las 14.00 con un suave W que se cuela entre los edificios de la ciudad.
Lentamente toda la flota va acercándose a la península de la Magdalena donde conseguimos mantener la inercia para superar el desvente. 

Pasado Cabo Mayor, el W que empuja la amura de babor nos fuerza un rumbo mar adentro. Van llegando sucesivos chubascos y las nubes bajas ocultan la costa. Nos mojamos en la banda y a Lucio le va cayendo el agua que se desliza por la vela y que la botavara dirige como un riachuelo hasta caer en sus piernas. Pese a las botas y la ropa de agua poco a poco todos vamos empapándonos. Alguna chaqueta que ya no es tan permeable, algo mal atado, una repentina lluvia que nos pilla despistados o algún que otro roción. A ratos abre la nube, para la llovizna y vislumbramos la ría de Mogro, Merón y Suances. La constancia del viento monta una ola incómoda de pasar. No estamos suficientemente abrigados para un día que se nos hace largo con tanto chubasco, viento fresco y humedad. 
Es un avance tedioso pero también disfrutamos a ratos de la experiencia y del cantábrico plateado y misterioso. El viento rola levemente y tan pronto estamos ilusionados marcando un rumbo 240º o incluso 270º, como se cierra el gallego morral y nos mete hacia tierra en un 210º. La ola aumenta su intensidad y nos va acercando a la costa, por lo que tenemos que ir comenzando a dar largos bordos para tomar distancia y pasar los cabos. Anochece y ni el viento ni la ola cesan. Largos periodos en torno a los 20 nudos, incluso desde el través de estribor que nos impulsa alegremente, pero repentinamente una racha de 32 nos hace pensar en tomar un rizo. Acortamos la génova hasta los obenques y en 10 minutos nos vemos con 3 nudos. Rola, cae a 0, vuelve a arreciar. Todos estamos algo mareados, cansados, remojados y la olita que ya se ha puesto puñetera nos hace dar unos pantocazos que nos limitan hasta el punto que nos cuesta dios y ayuda pasar la punta de San Emeterio. Estamos cerca de Llanes.

Son las 0.00 y con cierta pena y mucho alivio decidimos poner motor y dar por terminada la lucha en esta etapa. Vamos turnando las guardias. Cuando despeja el espectáculo es precioso en la noche cerrada de luna nueva, salpicada por incontables estrellas entre las que creemos identificar a la polar, contemplamos el velo de la vía láctea y algunas inquietas estrellas fugaces que se adelantan a la caida de las Perseidas de San Lorenzo. Lucio apaga a ratos las luces de navegación para disfrutar aún más del espectáculo. Los cuerpos están fríos pero conseguimos que en esta larga noche nos brillen los ojos. Charlamos, tarareamos y silbamos protegidos por los sacos de camuflaje que Alberto dejó en el Emilu la pasada edición de esta regata. 

Finalmente, pasado Tazones y después de siete horas a motor acompañado por la mayor, amanece y pasamos el faro de Tazones. El cielo ha quedado despejado, vamos entrando en calor con los primeros rayos, chocolate y galletas. A lo largo de la noche se ha ido durmiendo la ola puñetera y ya el Emilú no cabecea, así que aprovechamos un vespertino W constante para llegar a vela hasta el puerto de Gijón a las 8.30.
Amanece y nos alegramos

Buenos días!
  Por hoy, misión cumplida: Hemos llegado a puerto con ganas y fuerza para disfrutar las regatas de Gijón. La cabina parece el camarote de los hermanos Marx, no estibamos suficientemente bien y reina el caos. Ordenamos los trastos y sacamos la ropa mojada a secar. Casi toda la ropa está mojada. El pantalán parece un tendedero comunitario, todos los barcos han pasado similares penurias en esa etapa.
Kaos en el camarote 
Nos recibe El Gaitero
Fabes en el puerto
 Pero ya luce el sol, en Gijón arranca la semana grande y a las 12.30 estamos de nuevo todos sonrientes repitiendo plato de fabes, zumos de manzana y sidras. La tripulación del Emilu se recupera pronto. Ducha calentita, siestas, baños de mar, animada charla, paseo y ha llegado Elena desde Bilbao.

Secando la ropa
Sábado 6: Gijón
Amanece el sábado radiante, buenas previsiones de viento NE y nos acompaña para completar la tripulación del Emilu otra tipulante. Ana viene de Pamplona y conoció a Lucio y a Elena en la costa mediterránea. Su marido, Juan Carlos pasará el día en tierra con Elena y los otros seis nos preparamos para zarpar en igualdad de género.

Con Ana
 La salida es emocionante con tanto barco y tan buen viento. Entramos por barlovento observando la pelea de los barcos más competitivos. Buen griterío junto al barco del comité pero parece que no hay problemas y se da por buena la salida. Hoy el recorrido será el habitual barlovento sotavento con llegada frente al Real Club Astur de Regatas. 
Tomamos la primera boya y con aparentes alrededor de los 17 nudos atangonamos orejas de burro (o "papillon", como dice Karen) para la bajada. Subimos de nuevo a la boya número uno, y cuando estamos acercándonos Ana sube por la banda para ayudar a meter el faldón pero un role hace que el Emilu se tambalee un instante con tal mala fortuna que Ana, que no estaba sujeta al aparejo, cae por la banda. Trata de asir la escota de espí pero no lo consigue, quizás mejor, ya que el barco avanza fuerte y aunque llevaba guantes el tirón sería de aupa. Desde el agua escucha a Lucio gritar "volvemos!", lo cual le tranquiliza en parte, aunque teme que venga alguna embarcación y no la vea. Intentamos lanzar el salvavidas pero el cabo se engancha. Recogemos génova y al intentar encender el motor no hay manera, la escota ha quedado enredada en el eje. Cortamos la escota, arranca la máquina y a pesar de los borreguitos Aitziber no pierde de vista a Ana, que espera paciente su rescate. Finalmente sale el salvavidas y Ana consigue subir al barco, casi más preocupada por haber tenido que renunciar a la regata que por sí misma. Al caer se ha golpeado un pie en la regala pero parece que no tiene mayor percance.
Damos por terminada la participación en el día de hoy y después de abrigar a Ana nos acercamos a ver la llegada de la flota, muchos de los cuales cometen el error de entrar entre la boya y otra embarcación que se encuentra cerca, en lugar de hacerlo entre el Club y la boya, por lo que quedan descalificados y se remueven muchos puestos para la general. 
Por la tarde iremos a cenar a la espicha que El Gaitero ha preparado en las campas junto a la fábrica de Villaviciosa.
Karen recoge el Gaitero de participación

Domingo 7: Gijón
Otro bonito día que arranca con un buen desayuno en la cafetería Brisamar, que como todos los años nos ayuda a despertar a muchos de los tripulantes de la flota. Salimos en esta última regata los cinco tripulantes que partimos desde Getxo, ya que Ana y Juan Carlos tienen que volver a Pamplona. 
La salida es muy comprometida, muchas embarcaciones se juegan los puntos y los puestos y pelean duro por una buena posición y hay muchísimo griterío. Primera salida anulada. Bandera amarilla. Segunda salida anulada, muchísimos han vuelto a cruzar la línea antes de tiempo. Bandera negra. Todos toman mayor margen y Comienza la regata media hora después de lo previsto. 

Este último día parece que todos estábamos compenetrados y conseguimos hacer una bonita regata a pesar de no poder pelear por la regata. Terminamos llegando con el espí hasta la meta y damos unos buenos gritos de alegría por haber vuelto a poner todas las ganas y haber disfrutado de un precioso día de navegación. 

La fiesta de despedida del Gaitero 2016 es pantagruélica...viva El Gaitero y aupa Emilu!
Cena de despedida

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