La cara y la cruz, el haz y el envés, Jekyll y Hyde, regata del sábado y regata del domingo. Parece mentira que solo 24 horas separen las dos regatas. Lo que el sábado fue sol, el domingo lluvia, la suave brisa ventarrón, la mar calma fuerte ola.
Con Marije acatarrada, salimos Silvia, Lucio, Pepelu y el que escribe, Julián. A las 11:45 estamos todavía en el pantalán, cuando oimos por radio que el comité prepara un barlovento sotavento en la zona de Galea; afortunadamente se ha retrasado la salida y hemos llegado justo a tiempo.
Sin apenenas ver la línea, hemos salido por la boya, amurados a estribor. Las condiciones son duras. A sotavento está el Sandra, que vira y se va para puerto. Viramos, y nos encontramos con la suerte de hacer rumbo directo a la boya. Le damos resguardo, y como la mayoría de los barcos, hacemos la popa sin spi. Justo cerca de la boya nos adelanta el Viruta, pero decide seguir a puerto y no hacer la segunda vuelta. De nuevo a ceñir, bordos, y yo vomitando por popa, lo que me permite ver la manioba del Symphony en la boya de barlovento. Ponemos un rumbo para ir de través, una trasluchada y cruzamos la línea, más o menos 1h:15m después de la señal de salida.
Amarramos, arranchamos el barco, y Pepelu y yo nos vamos a celebrar su cumpleaños (con dos semanas de retraso). Recomendamos fervientemente el brownie del Willows en Las Arenas.
Con Marije acatarrada, salimos Silvia, Lucio, Pepelu y el que escribe, Julián. A las 11:45 estamos todavía en el pantalán, cuando oimos por radio que el comité prepara un barlovento sotavento en la zona de Galea; afortunadamente se ha retrasado la salida y hemos llegado justo a tiempo.
Sin apenenas ver la línea, hemos salido por la boya, amurados a estribor. Las condiciones son duras. A sotavento está el Sandra, que vira y se va para puerto. Viramos, y nos encontramos con la suerte de hacer rumbo directo a la boya. Le damos resguardo, y como la mayoría de los barcos, hacemos la popa sin spi. Justo cerca de la boya nos adelanta el Viruta, pero decide seguir a puerto y no hacer la segunda vuelta. De nuevo a ceñir, bordos, y yo vomitando por popa, lo que me permite ver la manioba del Symphony en la boya de barlovento. Ponemos un rumbo para ir de través, una trasluchada y cruzamos la línea, más o menos 1h:15m después de la señal de salida.
Amarramos, arranchamos el barco, y Pepelu y yo nos vamos a celebrar su cumpleaños (con dos semanas de retraso). Recomendamos fervientemente el brownie del Willows en Las Arenas.
La celebración es buena señal. Ya totalmente recuperado, ¿no Julián??
ResponderEliminarSi no hubiera sido por la hora del bus, me hubiera apuntado.
La próxima invito yo a unas rabas. ¿OK??? (Por supuesto cogeré la hora del autobús de vuelta más tarde)
Besos.