13/02/2010

Regata de Carnaval

El sábado 12 de febrero se ha celebrado la Regata de Carnaval, organizada por Orza. Día frío, amenazando lluvia, con pronóstico de viento flojo del NE.
A las 10:30 llegamos al barco Lucio, Marije, Javi, Pepelu y yo, o sea, Julián, con ganas de navegar después de haberme perdido las dos últimas regatas. Bien abrigados, preparamos el barco, se hace alguna reparación y vamos a por gasoil. Ha sido divertido el intento de Lucio de pagar con el Título de Patrón.
La salida está anunciada a las 12:00 con este recorrido: salida en san Ignacio, segunda boya amarilla, boya de Ciérvana, boya de Peña piloto, San Ignacio, y llegada en el abra interior, entre la boya verde del puerto deportivo y el barco (móvil) del comité.
El primer mensaje que oímos por la radio es el de "Último minuto". Nos pilla un poco despistados, aunque cerca de la salida, que decidimos hacer con spi. El viento es flojo y variable, y salvo los barcos que han salido rápido, buena parte de la flota anda por la zona de la salida, cada uno apuntando en una dirección distinta. Arriamos el spi, hacemos un giro completo y conseguimos salir en un descuartelar hacia la boya. Mientras tanto somos testigos de una curiosa discusión entre dos barcos sobre las penalizaciones en el procedimiento de salida.
Vamos rumbo directo a la boya, con un viento que se entabla entre los 10 y 12 nudos. Doblamos la boya e izamos spi. Una trasluchada y nos presentamos en la boya de Ciérvana, alcanzando a una parte de la flota que iba por delante.
Desde allí de ceñida a la boya de peña piloto, con el viento amainando. Nos abrimos un poco para ir a San Ignacio, y en la misma boya otra vez el spi hasta pasar el faro. Lo arriamos, y hasta la línea de llegada, mientras Pepelu se refugia en la cabina porque le duelen las manos del frío.
Volvemos a vela al pantalán, arranchamos el barco y nos tomamos un vemú (un Carpano, para ser más exactos) en el Saltillo, antes de ir al puerto deportivo a comer: macarrones, carrilleras y tostadas. En el sorteo al número 66, que es el mío, le toca una comida para dos, que disfrutaremos mañana Marije y yo. Y para acabar el día, Pepelu nos invita a un café por su cumpleaños.
Un buen día de regata, pese a los malos augurios.

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