17/06/2012

Regata Getxo - Laredo

Hace 15 días fue con el RCMA-RSC y ahora con Orza la flota regresa al nuevo puerto deportivo de Laredo.
Tras un viernes soleado y caluroso, muchos tripulantes incorporan bañador y toalla en su equipaje. Una cosa son las ilusiones y otra la realidad, terca realidad: traje de aguas y ropa de abrigo para navegar con un tiempo propio del más crudo invierno. Lluvia, viento de 20ti tantos nudos, ola, niebla... ¿qué más se puede pedir en invierno?
El recorrido muy fácil: salida en San Ignacio y llegada en Laredo junto al puerto deportivo. El viento norte, rolando al oeste. La tripulación: Marije, Lucio y yo (Pepelu). Por momentos la costa ni se ve, solo niebla. Algunos barcos se dan la vuelta. Los que seguimos, al final, después de algunos bordos, nos encontramos con una encalmada y nos cuesta llegar, algunos, desesperados, se retiran. En el pantalán amarramos junto al Kuin que tras ayudarnos con las amarras, nos invitan a una magnífica tortilla y bocatas de lomo. A las 20:30 la entrega de premios en capitanía. Sencilla. 1º Bunda 2º No Repect 3ºEsmolet. A las 21:00 la cena en el Silvino. Bien. Incluso pudimos repetir postre. Julián (se incorpora a la tripulación en Laredo para hacer el regreso a Bilbao el domingo) Marije y Lucio se quedan a dormir en Laredo, unos en hotel y el patrón en el barco aunque antes hubo gin tonics con la tripu del Kuin. Toda la organización perfecta

Viento del este, viento del oeste
Como en la novela de Pearl S. Buck, tuvimos los dos vientos. Del oeste el sábado, y del este el domingo. La única cosa en común: de proa. A eso de las 11:30, Lucio, Marije y yo salimos del puerto de Laredo, con viento del este de unos 15 nudos. Una vez más el Kuin nos ayuda en la maniobra de salida. Izamos la mayor con un rizo, motor a 2000 rpm, y con el viento por la proa, ola y rociones, ponemos rumbo a Getxo; por lo menos luce el sol. A la altura de Castro rola un poco al NE, ganamos barlovento, apagamos motor y navegamos un rato a vela. Cerca del cajón volvemos a poner motor, y la mayor se rasga en su parte alta. La arriamos, y tras pasar el cajón, navegamos a vela solo con génova, hasta que el viento cae. Apriovechamos que había sitio en la planchada, y sacamos el barco. Esperemos que esté listo para el próximo sábado.

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