02/09/2008

De la isla de Wight a Getxo

Relato de Marije de la travesía desde la isla de Wight a Getxo en el Zazpiki


Domingo 22 de junio 2008: Puerto Chico (Santander)

Desayunábamos Lucio y yo en el marítimo a la espera de salir en regata a bordo del Ramper, cuando me comenta que le acaban de proponer traer un barco desde Inglaterra. En aquel momento, no podía imaginar que al final embarcaríamos juntos en esta aventura.
Jueves 3 de julio (15:45h)
Recibo llamada de Lucio comentando que pensaba realizar la travesía con Nestor, para quien ya tenía incluso billetes del ferry, pero que este, a última hora, se había visto imposibilitado para hacer el viaje. Me propone que vaya yo en su lugar. Mi sorpresa es total. Realmente no tenía ni tiempo de pensarlo. En 44h salía el Pride of Bilbao. Inmediatamente repasé mi agenda de trabajo, reuní a compañeros y colaboradores y, por fin, sobre las 11h del viernes todos los temas laborales quedaban bien atados. Así que llamé a Lucio y le dije que contara conmigo.
Sábado 5 julio (11:30h)
Elena nos traslada a Santurce y embarcamos en el ferry rumbo a Portsmouth. Pasamos un día y medio a bordo de este hotel flotante. Al partir coincidíamos con la salida de la primera prueba del campeonato de Bizkaia de cruceros. Intentamos localizar con la vista al Emilu. Lucio dice que lo vió y yo… pues le crei.La mar fue empeorando a cada hora del viaje. Los enormes rociones producidos en la proa con los pantocazos eran todo un espectáculo. Chubascos ocasionales y vientos de hasta fuerza 7. El barco se movía mucho. Por la noche el capitán decidió parar uno de los 4 motores para que la travesía resultara algo más confortable. Ello supuso un par de horas de retraso en la hora de llegada. A pesar de todo lo pasamos bien y estuvimos a gusto. Elena nos había preparado comida que nos vino de maravilla por que los precios en el ferry eran un tanto abusivos. Lucio se refugió, como es su afición, entre sudokus y crucigramas, mientras yo paseaba. A ratos salíamos a cubierta, sujetándonos bien ya que aquello se movía bastante y teniamos mucho viento.Durante nuestra estancia en el ferry contactamos con Ainara, una joven que vivía en la isla de Wight, que nos explicó muy bien todos los pasos para hasta llegar a Cowes, donde se encontraba el Zazpiki. Nos sirvió de gran ayuda dado nuestro total desconocimiento del idioma inglés. Llegamos a Portsmouth muy tarde, sobre las 19h. Tras pasar los controles de acreditación tomamos un taxi hasta el punto de salida del ferry que nos trasladaría hasta Ryde (ya en la isla de Wight). Finalmente, otro taxi nos llevó hasta Cowes Sailing Club, donde estaba el Zazpiki y donde conocimos a nuestros compañeros de viaje Robert (profesor de la escuela Náutica Sotavento y capitán de la marina mercante, que fue el patrón responsable del traslado) y Juan (tripulante habitual de regata del Zazpiki) que nos estaban esperando.Era muy tarde para poder cenar en ese país de costumbres tan diferentes, así que nos vino muy bien que esa noche nos invitasen a cenar en la casa (preciosa por cierto) que utilizaron los tripulantes del Zazpiki durante la Comodore's Cup. Después volvimos al barco y pasamos nuestra primera noche en él.
Cowes. Lunes 7 julio
Decidimos no salir por las pésimas condiciones y previsiones meteorológicas. Llenamos tanque de gasoil más bidones, bien amarrados en popa, y llenamo también el depósito de agua.
Durante la mañana tuvimos que cambiar de amarre, lo que resultó un tanto complicado, por el fuerte viento. Después aprovechamos para ver el pueblo y comprar comida. Un ambiente marinero extraordinario se respira en todo el pueblo. Las tiendas, las casas, la decoración, la vestimenta de las gentes, todo tiene aroma náutico. ¡Me encantó! Además, Robert nos preparó una estupenda ensalada. Por la noche nos juntamos con los jóvenes tripulantes del Uso Zuria y cenamos en su barco. Patxi preparó 4 tortillas (una sin cebolla para el amigo Lucio) y en el trajín de la preparación las patatas de una de ellas fueron a mezclarse con el huevo sin haber pasado por la sartén. Hubo que lavarlas para quietarles el huevo, secarlas, freírlas y volver a hacer la tortilla. Cosas que pasan con demasiada gente “ayudando” en la cocina. Me gustó mucho contactar con la frescura, buen humor y alegría de vivir de estos jóvenes que por su edad pudieran ser mis hijos.
A ultima hora realizamos el planteamiento de salida para el martes día 8, tras estudiar las previsiones de marea (se toman en Dover, unas 2 horas de diferencia con Cowes), meteorología y corrientes.
Martes 8 julio
Zarpamos a las 6:00. Sobre las 8:15 dejamos por el través de babor las Needles (ver foto), dejando atrás definitivamente la isla de Wight, navegando con Génova 4 + motor a 2.200 rpm, en ceñida a rabiar y contra corriente decreciente de 3 a 0,7Kn. A media mañana izamos una mayor de capa.Sobre las 12:00 se nos acerca una embarcación de salvamento marítimo para avisarnos de que nos estábamos metiendo en zona peligrosa de rompientes y que saliéramos de allí con rumbo 270º. Decidimos recalar en Weymouth donde llegamos a las 18:00. Tras 12 horas de navegación muy dura, recorriendo 62,3 millas para una distancia real de 49,7. Todo el tiempo en ceñida, con la regala 
en el agua, salvavidas y arnés, empapados de rociones, y al final realmente agotados. Comimos tres galletas (mojadas) de chocolate cada uno en toda la travesía.
En Weymouth atracamos abarloados como pudimos. Había un tráfico intenso de barcos que venían a refugiarse, habiendo hasta 4 barcos abarloados a cada lado del canal. Sobre dos horas más tarde entraba el Uso Zuria en parecidas condiciones a las nuestras. Esa noche Robert preparó un pollo guisado que yo casi dejo quemar porque mientras lo estábamos cocinando apareció un barco que quería abarloarse al nuestro y yo dejé la olla que estaba removiendo para ayudar en la maniobra. Aunque algo chamuscado y mermado se pudo aprovechar y lo cenamos con los del Uso Zuría.
Weymouth . Miércoles 9 Julio
El tiempo sigue horrible. Decidimos no salir. Nos dimos una vuelta por el pueblo con los de Uso Zuría. Bueno, Lucio no pudo salir y se quedó en el barco, porque la única ropa que tenía seca era el pijama y no se atrevió a lucir el modelito por las calles. Yo, un poco más atrevida, salí con una chaqueta de agua del armador que me llegaba casi a los tobillos y que pesaba mucho, ya que tenía arnés incorporado. El pueblo también muy marinero. Hicimos compras. Incluso compré unos zapatos con la ayuda de un intérprete muy majo del Uso Zuría. Aprovisionamos de comida. Quisimos encontrar bonito, pero no había pescado fresco, excepto salmón. ¿Incomprensible, verdad?. Así que hicimos marmitako de salmón (receta de Robert) que estaba muy bueno. Durante la estancia en Weymouth el ambiente fue genial. A pesar de las incomodidades, o tal vez gracias a ellas, compartimos lo que teníamos hicimos risas y amistad. Saltando de barco en barco llevando cacerolas, comidas o manteles para pre
parar la cena, o cenado apretujados en la cabina del Uso Zuria intentando evitar la gran gotera que caía por la carlinga del mástil. La cosa es que no faltó el humor y la camaradería. Los jóvenes me hicieron sentir alguna envidia. ¡Quien pudiera volver a su edad y estar en su lugar, navegando y viviendo el ambiente de la mar con tantos años por delante!. ¡Que no harán estos cuando tengan 40 años…!
Jueves 10 julio
5:30 zarpamos de Weymouth. 6:00 fuera de puntas. Motor 1600 rpm y Mayor de capa. Temperatura 16ºC. Cielo nubes y claros con amenaza de lluvia. Rumbo 260º. Velocidad 7,2 nudos.
Cuando llevábamos unas 2 horas de navegación nos metimos en una zona de mar muy revuelta con olas de 4 a 5 metros. Resultó impresionante. Para mí era un espectáculo grandioso, pero por otro lado me resultaba inquietante. Miraba a
 Robert que estaba al timón y confiaba en él y en el barquito (aquí me parecía pequeño) que como por milagro flotaba y flotaba… En medio de estas olas, el génova que iba plegado en proa, se soltó y Juan, con arnés, tuvo que ir a trincarlo. En un momento estuvo impresionante verle encaramarse a la proa, que apuntaba rumbo al cielo, con la cresta de la ola como fondo. Una pena no haberlo fotografiado en ese instante.
Sobre las 12h quitamos motor, izamos genova y decidimos seguir hasta Brixham, para refugiarnos de la borrasca que estaba anunciada. Nuestros amigos del Uso Zuría decidieron dirigirse directamente de Weymouth hacia Brest.En Brixham amarramos en un pantalán de acogida a las 15:50 tras haber recorrido 49 millas en ceñida. Por la tarde salimos a conocer el pueblo, tomamos unas cervezas (yo un té) y estuvimos un rato disfrutando de un concierto al aire libre (eran fiestas del pueblo). Incluso pudimos ver algún rayito de sol y colgar algunas prendas a secar. El pueblo era bonito, pero no resistía la comparación con Cowes, Ryde ó Weymouth. Por la noche hicimos una cena típica inglesa: compramos “fish & chips” y lo llevamos al barco.
Viernes 11 julio
Zarpamos a las 10:50. A las 11:20 fuera de puntas. 11:30 abrimos mayor con un rizo y foque 4. A las 12:00 hacemos Rumbo 170º. Viento WSW 3-4. Mar W. Ceñida por Er. A las 15:45 viento rola a 270º y ponemos motor para cargar batería. A las 24:00 Sit.: l 49º10’ N, L 04º12,9’W. Distancia navegada 88,2’.
Sabado 12 julio
6:45H comenzamos a pasar el passage de Fromveur entre la isla de Ouessant y la península de Bretaña. 8:45H Sit.: l 48º21’N; L 05º04,8W. Rumbo 164º Velocidad 6,7’. Viento NW f2-3. Visibilidad OK. Mayor, genova y motor a 1800rpm. A las 10:05 cambio de rumbo para evitar bajos de Chausee de Sein.
A la 12h nos encontramos a una distancia de Bilbao de 290 milas, estimamos una velocidad de 6.5 nudos y por lo tanto deberíamos llegar a puerto sobre las 6h del lunes 14. Por fin navegamos con barco adrizado.
Domingo13 julio
Mantenemos rumbo 162º, velocidad 7,2 viento ONO f2/3. Seguimos con mayor, genova y motor a 1800rpm. La mar ha calmado bastante. Aprovechamos para colgar la ropa y sacar los pantalones cortos.
Sobre las 12h nos cruzamos con flota pesquera bermeana y con El Juan de la Cosa. Estaba claro que nuestro destino estaba cada vez mas próximo, recuerdo que en estas ultimas horas yo me encontraba con ganas de llegar pero a la vez me sentía muy triste porque esta aventura se acababa. He tenido la enorme suerte de contar con unos compañeros estupendos, realmente el barco lo trajeron ellos, yo me limité a colaborar lo mejor que pude. No recuerdo en toda la travesía un grito o un mal gesto. Me volvería a embarcar con ellos rumbo a cualquier sitio.
A las13,25H completamos tanque de gasoil con 30 litros de las garrafas.
A las 17 horas chubascos. Parece que resulta imposible llegar secos.
Acabamos el agua del depósito, y nos vemos obligados a fregar con un balde en popa con agua de mar.
A las 22h el viento va disminuyendo, retiramos genova y seguimos con mayor y motor a 2.200rpm.
Sobre las 24H, divisamos ya muchas luces de tierra, tenemos buena mar, poco viento y navegamos con piloto automático. Lucio tiene los ojos muy irritados, está con una conjuntivitis, (demasiadas horas al timón) así que le indico que se acueste y por primera vez me quedo sola de guardia en cubierta. Saboreé estas últimas horas y me gustó especialmente la sensación de cuidar del barco mientras mis compañeros dormían. Dos horas más tarde me relevó Juan, y cuando desperté ya estábamos en puerto.
Lunes 14 de julio
Llegamos al marítimo del Abra. El Zazpiki queda amarrado en pantalán.

Agradecimientos
  • A Lucio por confiar en mi y por darme la oportunidad de vivir esta preciosa aventura.
  • A Elena que realizó los traslados, nos ayudo a cargar con el equipaje y nos preparo comida.
  • A Juan, siempre amble, trabajador, cuidando del barco en todo momento.
  • A Rober que patroneó el barco siempre en tono democrático y participativo y además se ocupó de mantenernos alimentados. Su cuaderno de bitácora ha sido clave para contaros esta historia.
  • A los tripulantes de Uso Zuria, me sentí muy a gusto entre ellos y pusieron un toque de juventud y frescura.
  • A mi buen amigo, Enrique Barbier. Hace aproximadamente año y medio me invitó a subir en su velero en Zumaia, y comencé con el mi aprendizaje de navegación a vela. Aunque no nos acompañó, para mi estuvo muy presente en todo el viaje.
  • Por ultimo quiero dar las gracias a ese precioso velero llamado Zazpiki que nos mantuvo siempre a flote, a pesar de olas enormes, rompientes…..

2 comentarios:

  1. Ha merecido la pena esperar para leer esta crónica.

    No me cabe la menor duda de que ha sido una gran travesía y una gran aventura.

    Muy bien.

    ResponderEliminar
  2. Muy buenooo!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar