02/05/2010

Regata a la inversa RCMA-RSC

El primero de mayo, para celebrar el día de los trabajadores y de las trabajadoras y conmemorar los sucesos de Chicago, se celebra la Regata a la inversa, una de las clásicas del calendario. Todo empieza el viernes, con un aperitivo en el Saltillo y con la apuesta. Nos la jugamos a que haya viento, pese a que las previsiones dicen lo contrario, y apostamos por los barcos que salen entre los primeros.
El sábado quedamos a las 12:00 en el barco Lucio, Txantxar, recién llegado de su estancia en los campamentos de refugiados del Sahara, Marije, muy presionada porque sabe que el Emilu aparece en muchas apuestas, Pepelu y yo. Sacamos todo el peso superfluo del barco, ponemos velas y vamos hacia la salida, en el abra interior. Nos toca salir a las 13:57, junto al Pai Pai. Como está subiendo la marea, salimos amurados a babor, por la boya, para no entrar en la ría. Las previsiones se confirman y el viento es flojo del NO, aunque constante; además no hay ola, así que el barco, aunque despacio, avanza. Dando bordos llegamos a san Ignacio, y con más bordos hasta la boya del cajón. Para entonces ya nos ha adelantado casi toda la flota.
El la boya el viento es más flojo y hay mucho tráfico; nosotros coincidimos con el Symphony, que nos adelanta por el exterior. Trasluchamos en la misma boya e izamos el spi. Con una suave brisa por el través, iniciamos la vuelta, que se augura larga. Aprovechamos para que Txantxar nos relate su experiencia en el Sahara, y algunos para echar una cabezadita; por la popa tenemos solo seis o siete barcos, y nuestro objetivo es entrar en tiempo, es decir, antes de las 17:30. A las 17:00 más o menos trasluchamos en la boya de San Ignacio. En el abra interior hay más viento, y completamos el triángulo sin incidencias (salvo una nefasta izada de spi) para llegar a las 17:15 más o menos. Casi una hora antes, en una emocionante llegada, habían entrado los ganadores: Maitena, Citius y Gaitero. El Emilu es el 37, pero poco más podíamos haber hecho. Entre los diez últimos en entrar en tiempo, había dos ganadores de ediciones anteriores y un segundo.
Después de arranchar el barco, Marije y yo vamos al Katarepe Iru a saludar a los gladiadores Maddalen y Koldo. Allí somos agasajados como huéspedes de honor, con queso, chorizo picante, salchichón, jamón y vino. Después se nos une Pepelu, y más tarde Lucio y Javi (de Le Meteque).
El reparto de premios como siempre, pero sin pasteles, lo que disgusta sobremanera al patrón. Para acabar el día, nos tomamos un par de vinos con la tripulación de Le Meteque. Y después a descansar, que el domingo hay trinquete.

1 comentario:

  1. Anónimo9:10

    Aupa Emilu,
    Nosotros tambiém apostamos por una Regata Inversa con viento. ¡Que remedio! si no los barcos pequeños no tendríamos ningun aliciente. Que se va a hacer, otro año será.
    He conocido hoy vuestro blog. Esta muy bien. Todo, menos la foto de "nuestro amigo el Spi", je! je!
    Un saludo.
    Peru, tripulante del Parranda

    ResponderEliminar