Prueba 1: Bilbao-Santander
La salida programada para las 13h se retrasa esperando la salida del ferry hasta las 13h30m.
La tripulación estaba formada por Lucio, Mabel, Fátima, Rober y por mi (Pepelu).
Un bonito remolcador de agua dulce nos va a acompañar como barco de seguridad toda la regata.
La salida bien, un par de barcos (uno de ellos el Boro que luego fue el ganador) fuera de línea tuvieron que volver.
El viento de más de 20 nudos (las rachas de 25 fueron frecuentes) y del noroeste.
La mar, no muy alta pero entrando por la amura incómoda y en seguida moja a toda la tripulación (en pantalón corto y camiseta), entre marejadilla y marejada.
Al salir del superpuerto, enrollamos algo el génova y luego cogemos un rizo. El barco respondía muy bien, pero quedaban 35 millas. Era la primera vez que Fátima, una auténtica valiente, hacía una regata de cruceros y ¡vaya día le esperaba! Aguantó como una jabata hasta Santander.
Pudimos desenrollar el génova y quitar el rizo. El barco se mantenía bien, siempre trimando la mayor, largando en las rachas lo necesario.
Fátima aprendió que los cruceros no vuelcan.
Fuimos cumpliendo etapas, una a una, primero Castro, después Oriñón, Laredo, Noja, Ajo. Teníamos la esperanza de que se abriera el viento para llegar de Ajo a Santander, pues no, se cerró y tuvimos que seguir de ceñida. Entonces es cuando Lucio dice:
"El peor día que podíamos haber tenido"
Pero como todo puede empeorar... por el horizonte asoma una borrasca que lo deja todo oscuro, ni luces, ni faros, todo desaparece. Pasa la borrasca. Otra vez vemos cabo Mayor y Mouro. Otra borrasca en el horizonte. Todo desaparece de nuevo. Seguimos avanzando a ciegas, y volvemos a mojarnos. Escampa, se ve cabo Mayor otar vez y Mouro y las luces de enfilación. ¡No! ¡No puede ser! ¡Otra borrasca! Otra vez a mojarnos. No podemos seguir avanzando sin ver, es peligroso. Comenzamos a preparar la maniobra para poner rumbo a mar abierto pero de nuevo escampa y se ven las luces de los faros y enfilación. Llegamos al canal. Hay que seguir dando bordos. Por lo menos la marea está subiendo y hay viento. Buscamos la línea de llegada que no se ve. Llegamos al club. Evitando los barcos fondeados, avanzamos y cuando estamos preparando otra virada junto al club oímos la señal de llegada. POR FIN. Eran las 12:30. Recogemos las velas, nos abarloamos al Scart y al club a cenar. Por detrás, todavía quedaban tres barcos por entrar.
Tras la cena Fátima se vuelve con sus padres, Mabel al hotel y el resto a dormir al barco.
A la mañana siguiente, duchas, desayunos y compras. A las doce entrega de premios y desayuno del regatista. Le Meteque primero de su categoría, ¡enhorabuena!. Simphony segundo, tras el Boro en regata 1, y Javier Onaindía a la caña toda la prueba, ¡enhorabuena! . El Gaitero segundo tras el L'Emetec. Tamoa 6º. El Draco quedó un lugar por delante nuestro.
En Santander, coincidimos con los Juegos Naúticos Atlánticos y con ellos la animación que siempre les sigue, por ejemplo, gaiteros bretones:
También vimos en esta bonita ciudad de Santander al EMILU II
Decidimos que el año que viene El Gaitero lo haríamos en el "Philandeler" y así le evitamos a Lucio el problema de que el barco es pequeño y la organización podrá por fin poner de eslora mínima unos 60 pies. Eso sí tendremos que cambiarle el nombre, en vez de PHILANDELER, Emilu II, con minúsculas que nosotros somos muy, pero que muy humildes.
Prueba 2: Santander-Gijón
Viento flojo del norte. salimos a las 14h. En la salida nos orza un barco y nos toca en la amura. Nosotros estábamos comprometidos con otro a barlovento, parado y sin maniobra. Esto nos retrasa y nos quedamos atrás. Viradas contínuas hasta que llegamos a La Magdalena, allí el viento casi desaparece. Seguimos en un bordo hasta pasar Mouro y viramos lejos con intención de librar cabo Mayor. Ya se veía lo que nos quedaba por delante: 80 millas sin viento. Los barcos de las clases R1, R2 y C1 se van alejando poco a poco.
Echamos en falta a Fátima, hubiera disfrutado de un día tranquilo, con sol y buena temperatura. Aburrido y con sueño me refugio en la litera, pero no consigo dormir. Fuera, la tripulación persigue las rachitas. Por lo menos no hay casi mar, o mejor las olas son nobles y no nos frenan. Por fin me duermo y a eso de la 1 me levanto a relevar a Rober y a Mabel.
Al poco se levanta Lucio. Estábamos en San Vicente. Parados. Con muy buen criterio decidimos poner motor. El piloto automático al rumbo 280. Sale la Luna por el horizonte, preciosa, menguante. La noche estrellada. Se levanta Rober y se va a la litera Lucio. Yo me quedo. ¿Qué es aquello? ¡Las Pléyades! y más tarde, sobre el horizonte, al este, aparece Orion.
Sale Lucio y Rober se acuesta. Yo me quedo. Voy dando cabezadas tumbado a babor. Aparece un velero en regata junto a nosotros y le dejamos atrás. Después amanece. Aparecen unos botes pescando, los evitamos y después un par de pesqueros. Quitamos el motor, ha saltado viento. Media hora. Volvemos a poner el motor.
Se levanta Mabel. Se acuesta. Sale Rober.
Se ve Gijón. Nos cruzamos con otro barco de la regata que con asimétrico avanza a duras penas. Les saludamos. En él va Eduardo Santamarina. Más lejos, mar adentro, se ven más barcos. Por fin a las once llegamos. Parece que ha saltado viento del noreste. Van llegando uno tras otro más y más barcos. Nosotros repostamos. Lucio cambia el aceite del motor. Rober y yo hacemos el equipaje y nos volvemos a Getxo con Nacho que nos estaba esperando con el coche. Comemos en Cabiedes y a las 18h llegamos a Getxo. Rober se va al barco y pone rumbo a Arcachon, tiene que trabajar. Elena, Marije y Maialen estarán ya en Gijón para relevarnos.
¡Tres días duros! ¡Ahora, haciendo la crónica hasta parece que los hemos disfrutado! Bueno ya sabéis cómo es esto: una aventura, y en una aventura hay de todo, momentos buenos y... los otros se olvidan.
07/08/2010
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