Hoy domingo 7 de noviembre, 124 aniversario de la abolición de la esclavitud en Cuba (entonces colonia española), se han celebrado dos regatas en aguas del abra de Bilbao: la 2ª regata del trofeo de otoño del RCMARSC y la 6ª y última de la liga ORZA. Dada nuestra posición en esta última, hemos elegido salir en ella para intentar mejorar la clasificación, o al menos mantenerla.
A las 11:00 estamos en el barco Lucio, que ha ido a la reunión de patrones, Pepelu y yo. El recorrido: salida en el abra interior, San Ignacio por babor, boya amarilla más cercana al cajón por babor y llegada en las inmediaciones del puerto deportivo. Las previsiones son que durante la regata habrá alrededor de 20 nudos de NO, con alguna racha de 25, y lluvia. Dudamos si salir con un rizo, pero en el momento de la salida las condiciones son buenas.
Salimos a las 12:00 con todo el trapo, amurados a estribor por el comité, a barlovento de toda la flota. Por el faro de Algorta pasa primero el Ralip, luego el Sandra y nosotros terceros. Por San Ignacio ha llegado hasta el segundo puesto el Ushuaia. El viento rola y enseguida hacemos rumbo directo al cajón. Al pasar la boya todavía está el barco del comité del RCMARSC y nos preguntamos: ¿podremos hacer las dos regatas a la vez? Y el patrón contesta: si supiésemos el recorrido...
Nos las prometíamos buenas cuando en el horizonte vemos rayos y un chubasco que se acerca; en un instante todo cambia: 45 nudos, granizo, visibilidad nula. Largamos todas las velas, aguantamos como podemos, sin saber donde están los demás barcos; al menos el viento nos saca hacia fuera y no hay peligro de irse contra las rocas. Después de un tiempo que no me atrevo a cuantificar, la cosa se calma un poco, y cuando Pepelu está a punto de decir "Pon motor y vamos para dentro" se oye a Lucio: "Cazar mayor y génova". Así que seguimos en regata escuchando por la radio a barcos que se retiran. Salvamento marítimo pregunta si hay algún barco con problemas; afortunadamente todos estamos bien.
Pero los problemas no han acabado. El balumero del génova se ha salido de su
canalillo, y en una virada se enreda en la cruceta. Tras fallar varias viradas, nos decidimos a cortarlo y por fin podemos seguir. Los chubascos se suceden, aunque no tan violentos como el primero. Por fin llegamos a la boya, después de un encuentro con el Sparrow, que participaba por primera vez en una regata, y al que le hemos hecho una virada en la proa que no ha estado muy bien.
En la empopada, empujados por la ola, volamos; nadie se atreve con el spi (no así en la otra regata). Por fin, tras 1 hora y 56 minutos, cruzamos la línea los séptimos, con otros dos barcos por detrás. Solo 9 han acabado la regata, lo que dadas las circunstancias, me parecen muchos.
Lucio se ha ido a casa a comer, mientras Pepelu y yo comemos en el barco, nos bebemos la botella de vino que quedaba (para quitar peso al barco) y nos relajamos de la tensión de la regata. Después hemos ido al puerto deportivo, donde hemos conseguido que nos inviten a dos cafés, hemos visto la salida de la fórmula 1 y el primer tiempo del Athletic. Un día completo.